APUNTES DEL SEMINARIO – DÍA 3: Una recorrida histórica breve con hitos sobresalientes en esta relación; el temor del conocimiento colonialista con la extensión como herramienta; la impronta y las deudas de la Reforma Universitaria de 1918 y el concepto de “inclusión circular” rondaron en la mañana de este miércoles 14 el auditorio “Dr. Ernesto Guevara” en un nuevo aniversario del natalicio del Che en el marco del Seminario Internacional de Extensión “La Universidad en el Territorio” organizado conjuntamente por la Secretaría de Extensión Universitaria de Rectorado y su homónima de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario.
“LA EXTENSIÓN NO ES UN ACTO CIVILIZATORIO NI ASITENCIALISTA; SINO QUE ES UN ACTO POLÍTICO Y PEDAGÓGICO”. El ex Secretario de Extensión de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el Biólogo Fabricio Oyarbide comenzó el panel sobre “Extensión, Educación Popular y Movimientos Sociales” haciendo una breve pero a la vez certera línea histórica acerca de la Extensión Universitaria resaltando algunos hitos de los últimos 50 años con la irrupción durante las décadas del ´60 y ´70 (mayoritariamente) de la Educación Popular en su compañía convirtiendo la función en una dimensión “militante, política y transformadora” en trabajos comprometidos con sectores vulnerables, sin dudas estos conceptos fueron “huellas para lo que hoy pensamos que es la extensión” dijo Oyarbide.
Luego recordó cómo en los años noventa el neoliberalismo que dejó la dictadura, “tomó su misma política con nuevo rostro” para gobernar sin presencia del Estado. Fue allí donde la Educación Popular vuelve a asumir un “rol significativo”. “Fue el período de una Extensión no sistematizada, un trabajo significativo pero sin el Estado apoyándola”. Y es en el período 2006/2015 en el que resurgen “las políticas públicas”, el “Estado presente” y en donde la Universidad comienza a organizar un camino de Extensión Universitaria.
Según Oyarbide en la actualidad una nueva visión neoliberal se apodera poco a poco de la escena; pero al mismo tiempo remarca que se produjeron avances importantes por los cuales luchar como “el impacto en la currícula”; “que la universidad asume una intervención en el territorio” y el “financiamiento de proyectos y programas”. No es la panacea y deja desafíos como son los de “incorporar a más actores sociales y una mayor participación en políticas públicas”. Porque en definitiva el extensionista marplatense lo dice claramente: “la extensión no es un acto civilizatorio ni asitencialista; sino que es un acto político y pedagógico”.
“¿CÓMO HACER QUE EL CONOCIMIENTO ACADÉMICO NO SE CONVIERTA EN COLONIZADOR?”. En segundo lugar fue el turno de Ivan Torres Leal, Doctor en Humanidades y Artes con mención en Ciencias de la Educación de la UNR e integrante de “Pañuelos en Rebeldía” (equipo de Educación Popular de prácticas políticas pedagógicas con diferentes movimientos populares de Argentina y América Latina) quien se preguntó lo que alguna vez planteó Paulo Freire: “¿Cómo hacer que el conocimiento académico no se convierta en colonizador?”.
En este sentido remarcó que la Universidad necesita “reconocerse como territorio” y que tiene que entender que debe actuar de “tú a tú” con otros territorios. El educador mexicano establece así la importancia de la vinculación e interacción de los Movimientos Sociales con el conocimiento universitario. En este sentido identificó tres ejemplos concretos como son el Movimiento Sin Tierra de Brasil y los movimientos mexicanos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y Las Abejas de Acteal de Chiapas quienes “logran crear espacios para compartir saberes, respetando los conocimientos populares”.
Para graficar su pensamiento comentó una experiencia durante su tránsito por un Proyecto de Extensión en el marco de la convocatoria de la UNR “La Universidad y su Compromiso con la Sociedad” y en el marco del Congreso Nacional de Extensión en 2014 organizado por la universidad rosarina. Durante el encuentro en mesa de debates, participantes de esta propuesta extensionista, que trabajó junto a integrantes de la Comunidad Qom de Rosario, comentaban la experiencia sobre reconocimiento de identidad por parte de éstos y como resultados mostraron la creación de textos en los que estas personas “pusieron en palabras sus sentires”. Ante esto una docente les recriminó haber “perdido la oportunidad para cambiar la vida de esas personas si solo pudieron recrear textos”. Fue allí en el momento en que Torres Leal y compañía se preguntaron: “¿por qué deberíamos cambiar a esos sujetos con años de historia?”. Hoy refuerza sus dichos de aquel entonces con la misma pregunta: “¿Los universitarios debemos cambiar la vida de sujetos con historias en sus comunidades?”.
EXTENSIÓN Y REFORMA UNIVERSITARIA – DOS SIGNIFICANTES EN DISPUTA: Luego le tocó el turno al sociólogo Fabio Erreguerena, ex Secretario de Extensión de la Universidad Nacional de Cuyo quien a un año del aniversario centenario de la Reforma Universitaria utilizó disparadores de su Manifiesto Liminar para volcar algunas consideraciones en el Auditorio “Dr. Ernesto Guevara”. En este sentido consideró que tanto el movimiento reformista como el concepto de Extensión son “significantes en disputa”; porque bien pueden ser utilizados para “transformar o reproducir”.
Si bien esgrimió un análisis acerca del hecho histórico estudiantil como “sobrevaluado” por la falta de concreción de la mayoría de sus postulados, fundamentalmente aquel que tiene que ver con la autopostulación de “lugar monopólico de saber”, asegura que “no hay lugar en el planeta en donde la extensión se haya desarrollado más como en América Latina en la que le brinda a su sistema educativo una característica particular”.
Erreguerena definió dos modelos de Extensión según la caracterización realizada por dos extensionistas uruguayos, Agustín Cano y Humberto Tommasino. El primer modelo como difusionista, transferencista al que llamó “bancario” al que identifica como el que trabaja con el medio sin problematizar y otro “crítico” basado en la investigación acción participativa. En esta diferenciación marcó a la primera como “más hegemonizada” en nuestras universidades. Por esto dejó un mensaje: “que el conocimiento científico o académico debe convivir con el popular, sin perder de vista la lógica americanista con mirada regional y basado en el compromiso social universitario”.
PARA QUIÉN Y CON QUIÉN LA EXTENSIÓN: Finalmente Gabriel Ariza, docente extensionista de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR en la cátedra Medicina y Sociedad estableció muy claramente desde el inicio de su disertación un concepto clave: “¿Para quién y con quién hacer extensión?” preguntó.
Para esto comentó su experiencia extensionista con la Comunidad Qom de Rosario criticando el pensamiento occidental como “hegemónico”. Problematizar el conocimiento y sus vínculos con otros saberes. En este sentido propuso una “vinculación circular” sin quien comande, lo que llamó “inclusión circular” y manifestó que en su trabajo de extensión siguen “aprendiendo a intercambiar saberes”.